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viernes, 30 de septiembre de 2011

Maldito dinero, maldito.

Que el trabajo aliena a las personas es algo claro. Ya lo decía Marx, te roba tu tiempo, tu energía, tu producto, tu esfuerzo y en definitiva, la vida. Te hace exclavo de él por una jugosa recompensa, el dinero. Ese que hace enloquecer a las cabezas más cuerdas y que sustituye a las personas por macabras máquinas en su busca. Entra y te destroza pero te da de comer y de dormir, a él le debes todo. MALDITO DINERO. MALDITO.
Maldito cuando brillas por tu ausencia en una casa con cinco bocas que alimentar, casa que pagar y techo en que dormir. Maldito cuando creces en abundancia en manos de aquellas personas que no te merecen.

Trabajo; tu propia palabra te define: trabas. Solo eres trabas en el camino de la gente que intenta ser feliz, pero eres necesario, tanto como el respirar.

de 8 a 16 horas, sudores, nervios, angustias, ansiedades, depresiones, discusiones, llantos, miedos...... MALDITO DINERO. MALDITO.

jueves, 29 de septiembre de 2011

Belleza clandestina, tan bonita y tan mala.

Sí, puede ser. Estaba en sus manos pero no lo intentó. Ni siquiera lo intentó, y hacía y deshacía a su antojo. Pero no se arrepintió, ella nunca se arrepentiria de nada... Hacía lo que quería y quería lo que sentía, siempre fiel a ella misma. De su mano pendía el hilo de muchas almas pero no lo intentó. No quería cambiar, quería ser única, extraña e indomable. Y lo era, y tanto que lo era.
Violenta, vacilando por los vericuetos de la ciudad sin autoridad ni disciplina ni horarios. Cabizbaja, funesta, atroz, se cubría con caras halajas para tapar su alma negra. Conseguía lo que quería, belleza clandestina, tan bonita y tan mala, tenía todo menos vida.