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sábado, 6 de abril de 2013

(relativamente)

Pongo los dedos en el teclado y no pienso. 
Ellos presionan letras como locos.
Se dejan llevar.

Ya es la una de la mañana
y sin querer he perdido un día
y otro, y otro.

Hace algunos meses que no te veo
y estoy tranquilo
(relativamente)

O eso creía.

No he dormido esta noche
y entre las sábanas
y el insomnio
(ese que tanto te molesta (ba))
y los ácaros
el viento
y mis latidos
te he oído

Juro que te he oído
juro que no juro
como te juré un día
pero juro que te he oído

Estarás tan lejos
y tan tocada
y tan de otro
y tan extraña

que es de locos pensar
que algún día fuíste de mis yemas
y que sabía olerte entre mil flores
que contaba tus costillas
(y te hacía cosquillas)
que me bebía tus lágrimas
y las dejaba en tus labios
y te intuía

que me arropara con tu cuerpo


y te escuchara

en silencio

como esta noche.




miércoles, 3 de abril de 2013

El que no sufre por nada está muerto.

El alma existe. Puedes vivir semanas, meses e incluso años sin que nada ni nadie toque tu alma y no sentir nada. Vivir sin preocupaciones ni miedos a perder, con una relativa tranquilidad que te apacigua, que te relaja. Saberte, conocerte, mejor que nadie y creer que tienes el control de todo. 

Pero no. 

Un día esa dureza se convierte en crema y luego en lágrimas, y después de años te ves con un llanto que no para. Un empujón en el metro, una mancha de café sobre tus papeles, un recuerdo... 

Una vida que no se ha vivido, y piensas que no te has arriesgado nunca porque siempre te escondías bajo la coraza de decepciones. Ese día un frágil roce con otra piel desconocida te humaniza, una voz a lo lejos te hace vibrar, una palabra cariñosa te coloca en otro mundo y te das cuenta de que también eres humano, que también 

te dueles,       sangras,          amas,           entregas,       recibes          y          sientes.              Y lo necesitas. 

La vida son dos partes, y sin sufrimiento no habría felicidad, ni metas ni logros.
 
Porque en la vida el placer no es tan placentero como doloroso el dolor, y averiguas que el que no sufre no vive.

El que no sufre por nada está muerto.