Corren tiempos de cólera y locura.
La gente ya no se hace consigo y son apoderados por su peor enemigo, su propio interior. El mal existe, claramente y sin duda y además existe de una manera absurda y gratuita, no tiene razón de ser. El mal se viste de forma humana y se nutre de cuerpos esbeltos. Nadie podría imaginar que dentro de esa bella persona por fuera haya un interior negro. El mal es maligno y arruina vidas.
Es una inmovilización a la vida, el mal es muerte.
Mala es la envidia, la rabia atroz a aquel individuo que vive mejor que uno mismo, malo es el silencio ante la injusticia, la propia injusticia es hija del mismo mal, mala es la ira del que al otro lado mira con crueldad, malas aquellas manos que arrebatan la libertad justa e innata de cualquier ser vivo, alma mala, mala sangre aquella que miente o que calla cuando debe hablar, malos los pensamientos diabólicos que a la par son los más inteligentes, los cuales razonan ejerciendo una fuerza superior sobre otros más débiles.
Hay más mal que nunca, más sujetos infectados, más pistolas que matan, más ojos que miran con ira, más manos que pegan, más vidas que acaban, más lágrimas que caen... todo más que nunca.
El mal ha creado mal, pero ese no es nuestro objetivo.
La vida es corta, la hora final llega, el mal desea apoderarse de nosotros.
VIVE Y DEJA VIVIR.
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